Primero que todo,
aclarar que este blog está escrito desde la aceptación y compromiso con la
neurodiversidad en nuestras prácticas. Por lo tanto, en este espacio no se
discutirá ni se promoverá la metodología ABA.
El ABA (Análisis
Aplicado de la Conducta) es una de las metodologías más famosas en el mundo del
autismo por su efectividad en transformar comportamientos llamados "desadaptativos"
en conductas "adaptativas" o "funcionales", a traves de la
utilización de refuerzos positivos y negativo. No obstante, su objetivo
principal pareciese estar fuertemente orientado a hacer a los niños dentro del
espectro indistinguible de sus pares neurotípicos.
Me explico, mi problema
con la metodología radica en que no se investiga los motivos de fondo
por el que el niño presenta conductas percibidas como indeseables, no tomando
en ninguna consideración sentimientos de frustración o malestar subyacentes a
esos comportamientos. No se incentiva el entregarles a los niños
herramientas para comunicar sus sentimientos y emociones para explorar esos comportamientos, ni tampoco incentiva
la reformulación de nuestras prácticas. Quizás el método que estamos utilizando como padres o
educadores no está siendo lo suficientemente claro, o la naturaleza de la tarea
es demasiado compleja, o tal vez hay algo en la sala de clases o en el hogar
que lo perturba sensorialmente. Actualmente el ABA es mayoritariamente utilizado para cambiar al individuo y sus conductas que interfieren con el funcionamiento de una sala de clases, es entonces fundamental
preguntarse, ¿para quién está siendo funcional esta modificación de la
conducta?
La
metodología ABA enseña a los individuos autistas a imitar el comportamiento
neurotípico sin comprenderlo. Muchos adultos dentro del espectro que pasaron
por ABA han reportado sentir que viven sus vidas en una obra de teatro, como si
estuviesen actuando, teniendo una sensación de falsedad derivada de la falta de
aceptación social que no les permite mostrar su verdadero yo. Es por tanto que
creo firmemente que el camino para ayudar a las personas autistas comienza con
la comprensión de su punto de vista, y que nuestra prioridad debe ser comunicar
y empatizar en lugar de imponer una forma de vivir en el mundo.
En estos momentos me
encuentro en una constante búsqueda de otro tipo de interpretar, comprender y
apoyar a la comunidad autista, principalmente para impulsarlos a ser ellos los
protagonistas de las nuevas formas de hacer terapia. Pero para que esto ocurra
considero que el enfoque que se necesita en terminos de intervención temprana es el de la comunicación,
permitiéndoles expresar sus frustraciones, molestia, aburrimiento,
incomprensión en un espacio seguro, entregando estrategias con la finalidad de
alcanzar su máximo potencial que tengan sentido en sus propios términos.